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sábado, 7 de marzo de 2015
domingo, 1 de marzo de 2015
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Influencia de la calle, las amistades y los medios de comunicación en el niño. (Irene Navarro)
La conducta del niño se va moldeando según sea su contacto con el resto
de su entorno social, se genera a partir de lo que observa:
Lo que sus padres o miembros de la familia realicen día a día, será aprendido por el niño
y a través del ejemplo, éste irá desarrollando una personalidad propia. Por ejemplo, una
familia en la que fumar es una activad normal en el día a día, influirá
negativamente en el desarrollo del niño.
Otra de las instituciones que
influyen en un infante es la escuela. Es ahí donde se van creando los primeros
lazos interpersonales, ya que las amistades se van formando.
Los amigos son una elección, es decir, cada persona puede elegir
las personas con las que se relaciona. Éstas decisiones son muy importantes,
“hay mucho en juego”, pues una amistad
puede llegar a ser tan influyente, que puede determinar el rumbo de una vida. De ahí la importancia de
enseñarles a los niños a formar un criterio propio desde la niñez, el cual
cobrará mayor relevancia en la adolescencia.
Para
un bebé, sus padres son todo. Los primeros amigos son sus hermanos y los juguetes, pero
poco tiempo después los niños empiezan a compartir experiencias con personas
ajenas a la familia, en el jardín de infancia o los parques de la calle. A esa
edad jugar es una actividad fundamental en la socialización del niño y los
amigos intervienen en el desarrollo integral de la persona, sobre todo emocionalmente y en el aprendizaje de
habilidades sociales.
Con
la edad, los amigos empiezan a adquirir importancia y cada vez más el niño sentirá necesidad de
ellos: Para un
adolescente, sus amigos son los que mejor le comprenden, con quien comparten
inquietudes y objetivos y quienes les apoyan y ayudan. Para ellos es
fundamental ser aceptados y queridos por su grupo.
Los compañeros de clase y Los amigos acompañan, enseñan a compartir, a resolver conflictos, a desarrollar la
empatía, a ver la vida desde el punto de vista de los otros… ; es decir, tienen una influencia positiva en el niño. Por lo que son una parte esencial del niño.
En el ambiente escolar También es muy importante
porque se enseñan y aprenden entre ellos. De la misma manera, es posible que
ayuden a desarrollar conductas como el esfuerzo o la motivación; cuando en una
clase hay bastantes niños que son buenos estudiantes y
destacan por ello, el resto de los niños, que quizás en otro ambiente no
trabajarían, se esfuerzan por estar a la altura de los más admirados.
Sin embargo la influencia de los otros niños o amistades también
puede ser negativa, cuando los líderes o las
personas más influyentes del grupo no dan buen ejemplo o no se comportan bien.
Otras veces, los niños son
sometidos a presiones por parte de los compañeros, que intentan influir en su forma de actuar. La influencia de un niño sobre otro se
produce con gran facilidad y puede ocurrir por muchas causas; por ejemplo: necesidad
de sentirse
aceptados como parte del grupo,
para caer bien, para que no se burlen de ellos, para no meterse en problemas si
van contracorriente e.t.c .
Esto provoca que vuelva a casa triste, llorando, que su personalidad cambie volviéndose tímido
o agresivo o que se desaten problemas de autoestima o de otro tipo en el niño.
Como ya comentamos al principio, el niño se desarrolla imitando lo que
observa y mediante el proceso de socialización los niños aprenden o toman una
serie de normas que la sociedad ha establecido; es a través de éste que la cultura y los valores se van inculcando a los niños desde pequeños.
Es por esto que las influencias que recibe de la calle
son muy importantes y situaciones como peleas, tráfico de drogas, alcohol, robos,
maltrato, fumadores… pueden ser perjudiciales para su desarrollo.
Por ejemplo, si un niño se desarrolla en una sociedad en la que a las
mujeres se les considera inferiores y existen muchos casos de maltrato, que no
son vistos muy negativamente; Otro ejemplo serían las sociedades en las que
existe un libre comercio y uso de armas y en las que se desarrollan peleas
continuamente en la calle.
Estos pensamientos se inculcarán en él y es muy probable que termine
desarrollando conductas muy parecidas a las que él observó en su infancia.
Otras instancias sociales que influyen sobre los niños son los medios de comunicación y las tecnologías:
El ordenador, el
televisor, la consola, el móvil… son ejemplos de las
Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC); se han convertido en algo habitual en el día a día de las
personas, y los menores conviven con ellas desde que nacen, por lo que pronto
se convierten en algo natural en sus vidas
y de fácil acceso e influyen en su desarrollo.
Positivamente aportan mayor acceso a la
información, incentivan la comunicación, el desarrollo de la creatividad y el
razonamiento, amplían las formas de
diversión, favorecen las relaciones sociales, el aprendizaje cooperativo, el
desarrollo de nuevas habilidades, nuevas formas de construcción del
conocimiento…
En el ámbito familiar las TIC utilizadas de una forma correcta también
podrían ayudar en la comunicación entre
los miembros del hogar y no ser un motivo de disputa o aislamiento entre ellos.
Sin embargo, también existe una postura que ve las TICs como algo
que influye negativamente en los niños. La cual defiende
que su uso inadecuado puede causar problemas, como por ejemplo: adicción,
aislamiento, contenidos inadecuados y/o violentos e.t.c.
Uno de los principales motivos de preocupación, tanto para los educadores como para la familia, es la posibilidad de que aparezcan comportamientos adictivos que pueden perjudicar su desarrollo personal y social.
Uno de los principales motivos de preocupación, tanto para los educadores como para la familia, es la posibilidad de que aparezcan comportamientos adictivos que pueden perjudicar su desarrollo personal y social.
Supervisar y asesorar sobre las TIC es una experiencia que tiene alta importancia
y a la que se enfrentan las familias y las escuelas: deben informar, darles a
conocer información sobre ellas y dotarles de pautas y criterios para poder hacer un uso
responsable y correcto de ellas, que no afecte negativamente en su desarrollo.
sábado, 28 de febrero de 2015
Acoso escolar: Agresiones a los docentes
Aquí podemos encontrar dos vídeos los cuales se habla sobre el acoso hacia los profesores.
En el segundo vídeo hay una escena completa sobre una agresión física hacia un profesor, así como una serie de "bromas" dirigidas también hacia docentes. Se puede comprobar la indefensión ante la cual se encuentra el docente, que trata de no defenderse y no agredir al niño.
En el segundo vídeo hay una escena completa sobre una agresión física hacia un profesor, así como una serie de "bromas" dirigidas también hacia docentes. Se puede comprobar la indefensión ante la cual se encuentra el docente, que trata de no defenderse y no agredir al niño.
Conciencia social y responsabilidad de los educadores (Cecilia Páez-Pumar)
Primero,
comenzaremos definiendo qué es la “conciencia social”, este término está
referido al conocimiento que una persona tiene sobre el estado de los
demás integrantes de su comunidad. El individuo con conciencia social es,
justamente, conciente de cómo el entorno puede favorecer o perjudicar el
desarrollo de las personas.
La
conciencia social supone que el hombre
entiende las necesidades del prójimo y pretende cooperar a través de
distintos mecanismos sociales. La acción social
para ayudar puede desarrollarse mediante la donación económica, las
colaboraciones de alimentos o ropa, las actividades de voluntariado y otro tipo
de asistencia.
En
una investigación sobre la formación de la conciencia social, (Loredo 2008),
indica que, desde el punto de vista de la filosofía materialista, se concibe la
conciencia social como el reflejo del mundo objetivo, social y natural, en la
psiquis humana.
Ese
reflejo son las ideas, los conceptos, los significados que el ser humano da a
lo que percibe con sus sentidos. La conciencia social de un grupo humano se
manifiesta en las leyes, las normas morales, la ciencia, la religión, el arte,
la filosofía y en la política. A esas expresiones se les llama formas de la
conciencia social.
La
conciencia social, así entendida, es el pensamiento que en un momento y un
contexto específico, predomina en la sociedad. Sin embargo, esto no significa
que en la sociedad todos los individuos tengan un pensamiento uniforme, es por
eso que coexisten diversas ideologías, filosofías, expresiones artísticas,
códigos morales, así como distintas posturas y prácticas políticas. Esta
diversidad en las formas de la conciencia social está condicionada por la
posición que los individuos ocupan en la organización social. No tienen la
misma ideología y no le dan el mismo significado a la realidad que viven los
individuos de las distintas clases sociales.
Con
respecto a lo mencionado anteriormente, la educación, y particularmente el
educador posee un papel fundamental en la formación de la conciencia social en
sus alumnos, y a mi parecer, en todo su entorno, ya que un educador es un
modelo social tanto en la escuela como fuera de ella.
Según
Vela (sin fecha), la Responsabilidad Social se desarrolla cuando el profesor
toma conciencia de sí mismo, de su entorno, y de su papel en el entorno.
Presupone la superación de un enfoque egocéntrico. Además, esta conciencia del
profesor trata de ser global e integral (incluye tanto a los alumnos como a la
escuela).
Dicha
responsabilidad Social del profesor exige, desde una visión holística,
articular las diversas partes de la institución en un proyecto de promoción
social de principios éticos y de desarrollo social equitativo y sostenible,
para la producción y transmisión de saberes responsables y la formación de ciudadanos
igualmente responsables.
Considero
que se le coloca la connotación “responsabilidad” ya que se refiere a quien se
encuentra obligado a responder por alguna cosa o alguna persona. También es el
que cumple con sus obligaciones o que pone cuidado y atención en lo que hace o
decide; es un valor que está en la conciencia de la persona, y al ser, el
educador, un modelo para sus alumnos, para su escuela, para sus compañeros
docentes y no docentes, en fin, para todo su entorno, el educador está en la
responsabilidad de cumplir con fortalecer el valor en sí mismo, además de
fortalecer la conciencia social entre
sus alumnos y en su entorno, valores culturales, sociales, de integración y
reflexión; a mi parecer, el educador, desde su humilde puesto tiene acceso
ilimitado a quien lo está escuchando, a quién lo observa como un guía, como un
tutor, como un modelo a seguir, este puesto, considero que no se debe tomar a
la ligera, es una posición de mucho compromiso, la cual se debe respetar ante
todo, se debe tener en cuenta que el alumno, el entorno, puede llegar a seguir,
incluso hasta cada acto y cada palabra de lo que el educador vea como bueno o
correcto, siempre teniendo en cuenta el libre albedrío del alumnado, pero en
términos generales, el educador y su pensamiento, sus acciones, sus consejos y
su forma de enseñar tienen gran peso en la conciencia de quien aprende.
Considero
que es de suma importancia observar esta gran oportunidad, como también este
gran compromiso que tienen los educadores en sus manos, para con su sociedad y su entorno, se pueden
lograr marcar grandes cambios, grandes diferencias, que beneficien al bien
común, que generen o aporten cualidades y respuestas a problemas sociales
existentes, y además ayudar a la fundación de bases estables a nivel de
conciencia social, que se puedan llevar a cabo hasta para las siguientes
generaciones.
Bustamante
(sin fecha), asevera que, el educador es entonces un ser privilegiado en la
construcción no sólo de la cultura, sino, como consecuencia de ella, de la
sociedad, de la manera cómo sus alumnos ven al mundo, de la distintas
perspectivas con que interpretan a este mundo, a la sociedad y a su existencia
social e individual que otorgan un orden a su convivencia naturalmente gregaria
Un
buen docente debe enseñar humanizando el conocimiento, fomentando la reflexión
crítica, con propuestas adecuadas que lleven a un mejor orden social.
El
compromiso social de la educación y del educador, ante el panorama al que se
enfrenta, debe revalidarse, reconceptualizarse, pues así como afirma Martínez
(2001) que "el compromiso radical de la escuela con la educación del ser
humano no puede eludir su posición crítica con las políticas de injusticia y
desigualdad. Ésta debe seguir siendo una cuestión básica en todo educador"
(p. 95).
En
todos sus niveles la formación del profesor debe incorporar la reflexión y la
crítica, para recuperar la conciencia y el compromiso social.
El
profesor debe ser capaz de incorporarse a la sociedad, a la interacción con
otras personas y a la institucionalidad que las organiza, para estar en
condiciones de "convertir a la escuela en primer espacio público del niño,
creándole posibilidades de percibir, vivir y actuar, interactuando con las
múltiples relaciones que permean toda la sociedad" (Setúbal,
1996:88).
Con
respecto a este último punto no se debe dejar de lado la valoración de la
interculturalidad, según Escarbajal (2009), la diversidad cultural supone la
valoración específica de cada cultura, y el respeto al ritmo de cada individuo
perteneciente a ellas, así como que es la escuela la que debe acomodarse a los
diferentes ritmos de aprendizaje y no a la inversa, sin por ello aumentar las
diferencias. La convivencia y el intercambio cultural, hará optar a cada cuál por
la opción cultural que considere más adecuada.
En
la medida en que el profesor ha aprendido a participar y comprometerse va a
tener la capacidad de enseñar a sus alumnos a integrarse a la sociedad y al
mundo, de manera que cada quien pueda resguardar su propia individualidad y no
hacerse una víctima de la enajenación. Pero hay que tener muy en cuenta que
esto, que significa una forma de ver al mundo, se aprende de la cultura, de
otras personas.
Se
puede llegar a asumir a cabalidad que la
labor del docente formador, enseñante va mucho más allá de su labor como
instructor y tiene que ver no sólo con su rol en el entramado social, sino con
su compromiso con las personas de sus alumnos, en una interacción cercana y
cordial. Es ahí donde se juega toda la relación pedagógica, no sólo la de las
personas que están en los roles de profesor y de alumno, sino de la institución
escolar completa, añadida a ella además, las instituciones políticas,
económicas y sociales interesadas en su quehacer. Es necesario personalizar la
relación pedagógica para hacer de ella una comunicación humana.
jueves, 26 de febrero de 2015
Protección del menor y Acoso al adulto (Noelia Pámpanas)
Protección del menor.
Los
menores necesitan protección, ya que dependen de otras personas para satisfacer
sus necesidades y para su bienestar. Existen diversos sistemas de apoyo para
poder atender todas las necesidades de los niños; podemos encontrar sistemas de
apoyo informales, como la familia o las amistades y sistemas de apoyo formales,
como los servicios educativos o los servicios sociales.
La
responsabilidad principal en cuanto a la protección y el bienestar de los niños
es de los padres principalmente, pero se necesita la interacción de todos los
agentes existentes para posibilitar la protección del menor: todos, ya seamos
ciudadanos o profesionales, somos responsables de la protección de los niños y
debemos colaborar entre nosotros para protegerles de agresiones y garantizar
sus derechos y su bienestar.
En
ocasiones, los derechos de estos niños se ven afectados ya que alguno de los
sistemas de apoyo nombrados anteriormente no ejercen de forma correcta sus
funciones, o bien se abusa de los niños; pueden ser víctimas de agresiones
directas o de desatención por parte de los padres.
En
este caso, vamos a pasar a analizar la desprotección infantil desde la escuela.
La
protección infantil es una responsabilidad colectiva, por lo que precisamente
los agentes escolares tienen un papel fundamental en la identificación,
notificación e intervención de las situaciones de desprotección infantil. Esta
desprotección afecta enormemente al rendimiento escolar de los niños, y
precisamente es en las escuelas donde mejor se puede identificar la
desprotección, ya que los niños son vistos por personas ajenas a la familia a
diario. Los profesores están obligados a notificar a los Servicios Sociales sus
sospechas o pruebas de que un niño está sufriendo desprotección infantil,
además, no solo hablamos desde el punto de vista legal, sino que los
profesionales de la escuela tienen un sentimiento muy importante de
responsabilidad para/con los niños, y saben que pueden ser modelos a seguir
importantes para los pequeños, así como una fuente de apoyo, protección y
cariño. Por este motivo, los profesores sienten que tienen un compromiso
personal respecto a la protección y el bienestar de los niños.
Los
profesionales del ámbito escolar pueden reconocer la desprotección infantil
bien mediante los indicadores físicos (aunque la mayoría de situaciones de
desprotección infantil no tienen secuelas físicas en los niños) o mediante las
conductas de los niños. Las conductas son los indicadores más habituales;
cuando se observen conductas problemáticas, agresivas, de extrema pasividad o
cambios conductuales muy bruscos, los profesores han de preguntarse qué le está
ocurriendo al niño e intentar buscar respuesta a esta pregunta. Existen
listados de los indicadores conductuales y físicos que aparecen frecuentemente
en los niños que son objeto de desprotección/maltrato (se añaden en los
anexos), pero la identificación de la desprotección no se basa sólo en uno o
dos de estos indicadores, sino que debemos encontrar un conjunto de ellos que
formen un patrón.
Las
escuelas pueden ayudar a prevenir la desprotección infantil a través del
desarrollo de programas, tanto para los niños como para las familias.
Programas
para los niños:
- Habilidades de socialización: Aprender a
expresar sus necesidades y sentimientos, a pedir ayuda, a tomar decisiones y
resolver problemas…
- Habilidades de afrontamiento y
resolución de problemas
- Auto-protección: Aprender a defenderse
de las agresiones y evitar abusos sexuales.
Programas
para las familias: Muchos padres maltratadores y negligentes o en
situación de alto riesgo no tienen conocimientos suficientes o tienen
conocimientos erróneos acerca del desarrollo infantil, por lo que en muchas
ocasiones se crean las llamadas ‘escuelas de madres y padres’ para ayudarles a
aumentar sus conocimientos y habilidades y a su vez a sentirse más competentes
en su rol parental y descargarles del nivel de estrés que supone asumir este
rol.
Acoso al adulto
“El acoso escolar es la intimidación y el maltrato entre
escolares de forma repetida y mantenida en el tiempo, casi siempre lejos de la
mirada de personas adultas, con la intención de humillar y someter abusivamente
a una persona indefensa por parte de una persona acosadora o de un grupo
mediante agresiones físicas, verbales y sociales con la consecuencia de temor
psicológico y rechazo grupal” (guía para el profesorado sobre acoso escolar,
2009).
Siempre que hablamos de ‘acoso escolar’ tendemos a referirnos al
bullying o el acoso entre escolares. Sin embargo, existe otro tipo de acoso
escolar que pasa más desapercibido y del que apenas se habla: el acoso escolar
al adulto/ profesor.
Algunos profesores, dentro del aula, sufren humillaciones,
faltas de respeto, burlas, lanzamientos de bolas de papel, contestaciones
irrespetuosas e incluso maltrato físico. El problema de este desafío de la
autoridad del profesor o profesora es que por lo general los intentos por
erradicar esta conducta suelen fracasar, ya que son varios los menores que
obstaculizan el desarrollo normal de las clases y que agreden al profesor.
La agresión verbal y las faltas de respeto en muchos centros son
consideradas ‘faltas leves’, ya que hemos llegado hasta un punto en el que
estas agresiones forman parte de la vida diaria de los docentes. Las
consecuencias que se derivan de este malestar en la convivencia escolar se
manifiestan, sobre todo, en el ánimo de los docentes: de repente su trabajo
requiere estar en un continuo estado de alerta, que desgasta y agota. Lo peor
es que la sociedad, por lo general, no es consciente de la situación que se
vive en muchas aulas; sólo llegan los altercados de gravedad.
Cuando hablamos de acoso escolar a los docentes, la violencia
por parte de los escolares se intensifica. La violencia física contra el
profesorado se convierte en un “premio” para aquellos adolescentes que
convierten la convivencia en el aula en un pulso continuo contra aquellos que
pretenden educarles y prepararles para la vida adulta. Además, las agresiones a
los profesores no sólo se producen dentro del centro educativo y por alumnos
del mismo, sino que incluso se han dado casos en los que los profesores han
sido agredidos por amigos o familiares
de alumnos a los que un docente había regañado o suspendido. Pero la agresión
no sólo queda ahí, sino que además, en muchas ocasiones, cuando se llama a los
padres para hablar sobre la agresión que ha cometido su hijo o hija contra un
profesor, estos reaccionan también de forma violenta e intentan agredir de
nuevo al docente (a veces, incluso ante la presencia del Jefe de Estudios y el
Director)
¿Cuál es el problema principal? La indefensión de los
profesores. Docentes y familiares se han visto desbordados por un fenómeno ante
el que se sienten impotentes. Hasta ahora lo más útil para “solucionar” estas
agresiones ha sido la vía judicial, emprendida por las víctimas. Sin embargo,
algunas comunidades han ofrecido ayuda a los profesores agredidos o se han
creado grupos de policía especialmente dedicados a la vigilancia del entorno de
los colegios. Las comisiones de convivencia siguen trabajando para hacer
aceptable la convivencia en el aula, y los Departamentos de Orientación y la
intermediación funcionan a pleno rendimiento para evitar estos casos.
Queda mucho por hacer para evitar estos casos de violencia y
agresiones, pero está claro que si la sociedad toma conciencia de que hay que
intensificar la responsabilidad de las familias en la transmisión de valores y
hábitos saludables a sus hijos, y si el profesorado se siente comprendido y
apoyado frente a las agresiones y amenazas en el ámbito escolar, estaremos en
el buen camino.
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